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Participantes del concurso ¡Exprésate como Puedas!

Historia de las primeras familias de los militares (1945)”

por María del Sagrario Ayala Palomino

 

El mayor de la fuente le dijo a los militares que aquí podían hacer sus casas. Rosa Rodríguez dice que cuando aquí era un lote baldío, había una señora que se suponía era la dueña, y ella le dijo a su papá que cantidad de pedazo de terreno agarrara para que hiciera casa. Antiguamente había un horno de tabique. Le informó que fuera a comprar más, el señor compró adobe y de eso hizo dos cuartos y una cocinita en la iglesia que antiguamente fue un cuartel para los soldados y se dejaron venir en el terrenos todos y todas las familias de los soldados por eso se le llamó morton cuartel aquí no había agua ni luz. La señora doña Toña les compartió la luz y de baño usaban letrinas no tenían todos servicios como ahora. Poco a poco fueron evolucionando la gente no había escuelas donde ahora es la escuela. Antiguamente era al aire libre el estudio cuando llegaron los mayores vieron la condición en que estudiaban y de allí los metieron al cuartel y les acondicionaron unos salones y con el tiempo hicieron la escuela y fue como estudiaron mejor.

"El Arcángel Anael”

por El Señor de la Madera

 

Un ser de luz…Leyenda Urbana

 

Se cuenta en el barrio La Pensil; Dios mandó a la tierra un ejército de ángeles especiales con discapacidad intelectual, siendo estos portadores del código; como honestidad, sinceridad, nobleza, generosos, cordiales, etc.

Fueron mensajeros de Dios en éste mundo caótico, y así lograron un cambio en la sociedad para que ésta se transforme y sea más justa, más comprensiva y más humana.

Pero fueron ignorados, su bondad y el amor que otorgan por medio de su amistad, los marginaron, los discriminaron.

En un momento de inspiración divina Dios, decidió mandar a éste mundo herido y triste; herido porque el hombre no respeta a la madre naturaleza, y triste al ver tanta violencia y mucha injusticia.

El arcángel Anael; busca a los servidores del mundo, los hombres y las damas que ayudan en silencio con las personas y no se exhibe en los medios de comunicación, T.V., la radio, la prensa escrita, NO pregonan su generosidad, su filantropía, trabajan por vocación de servir y lo hacen con alegría, con entusiasmo.

Cuentan en el barrio La Pensil, que el arcángel Anael les pide con respeto a los servidores del mundo, que por favor hagan reales aquí y ahora los derechos de los impedidos; su derecho a la educación, a su rehabilitación, a la cultura, al deporte, a su recreación, etc. y les den la oportunidad a las personas con discapacidad intelectual a que sean productivos para su país, MEXICO.

 

El Señor de la Madera

27 de agosto 2013

“Las famosas pulquerías y cantinas de La Pensil”

por Gabriel Flores Flores

 

Me contaba mi abuelito que en la colonia en su tiempo fue famosa por sus muy variadas pulquerías. Tal vez muchos vecinos removiendo sus recuerdos estaban de acuerdo conmigo en mencionar algunas que llegan a mi mente:

 

Pulquería

 

Ubicación

Los 7 compadres

Bolsena y Chiem

Las 7 comadres

Ginebra y Erne

La Chiripa

(Actualmente existe)

Bolsena y Mayor

La Guingara

Amer y Chapultepec

La Mar

Lago y Yojoa

La Primavera

Erne y Ginebra

La Victoria

Onega

La Adelita

Callejón de las Abandonadas (entre Cupatitzio y Suiza)

Los Dos Arbolitos

Naur y Wetter

El Refugio de los Osos

Nes y Gran Oso

La Tulipán

Lago Ginebra

 

 

También recuerdo algunas cantinas que según contaban los parroquianos que las visitaban, hacen o hacían según el caso muy ricas y abundantes botanas:

 

Cantina

 

Ubicación

El Fogonazo

Bolsenia y Chiem

(Casi enfrente de los 7 compadres)

La Indita

Tacuba

El Perico Marinero

Tacuba

El Chin-Chun-Chan

(Actualmente existe)

Tacuba

 

 

Mi madre me platicó recordando con mucho cariño, que cuando era niña la mandaba mi abuelita a la pulquería El Tulipán a comprar un litro de pulque, no recuerda cuanto costaba, solo que lo tomaba por necesidad, más no por gusto, ya que cada vez que estaba amamantando al bebe en turno le habían dicho algunas señoras, era muy bueno para que la calidad y cantidad de la leche materna fuera abundante y nutritiva.

A mi padrino que era originario del pueblo Tultepec, le encantaba muy especialmente los curados de piña, nuez, avena, tuna y natural por mencionar algunos. Decía que cuando había fiestas en su pueblo era maravilloso probar esa bebida que también solía llamar Tlachicotón.

 

Yo creo que algo hay de cierto porque gozó de muy buena salud y murió de edad avanzada.

 

Cuando los trabajadores de la fábrica de telares que en ese tiempo se ubicaba sobre Bolsena, salían con su sueldo semanal, cruzaban la calle y rápidamente entraban a la pulquería La Victoria para deleitarse con ese delicioso néctar de los dioses y calmar su sed. Horas más tarde salían muy felices y deteniéndose de las paredes para no caerse. Esperaba con ansia llegar al sábado siguiente, día de raya para regresar a deleitarse con sus variados curados.

 

También tengo presente los únicos y deliciosos tacos de tripa que vendían con La Guera. Creo que era la segunda generación, esas delicias eran acompañadas de una salsa roja súper picosa que hasta nos hacía sudar pero seguíamos comiendo. Así que saliendo del cine Naur cruzábamos la calle y a comer se ha dicho.

 

Gracias a Dios que buenos recuerdos tengo de aquel tiempo que viví, y tuve la suerte que mis abuelos y madre me contaran esas anécdotas.

 

 

Gabriel Flores Flores

Agosto 2013

“Mi encuentro con la muerte”

por Vicente Campos Vilchis

 

Yo salía de mi trabajo en Lago Neuchatel 12 Col. Ampliación Granada cerca de la colonia Pensil, y tenía que ir por mi novia a su trabajo, yo tenía 21 años; ella trabajaba en una tienda Gigante, lo que ahora es Soriana, en avenida Revolución, y la tenía que llevar hasta Iztapalapa; de llevarla y regresarme me daban las 12 de la noche, entonces yo llegaba a la una o dos de la mañana, cuando iba yo llegando a la esquina de mi casa ubicada en la 3ª Cda. de Lago Ginebra #19, me dieron ganas de hacer del uno, entonces me acerqué a unas casas que hacían escuadra en la 4ª Cda. de Lago Ene y me quedé mirando fijamente, se me apareció la muerte en forma de mujer, nada más de la cintura para arriba estaba hueca y tenía un rebozo en la cabeza, y yo sentía que me jalaba y jalaba, entonces no sé como retrocedí y ni del uno hice, me eché a correr, entonces yo les conté a mis padres lo que había ocurrido, y mi papá me dijo que íbamos al otro día a la una de la mañana, pero mi mamá le dijo a mi papá que no se iba a aparecer nada porque esa aparición quería que fuera solo, y como fue, no se apareció nada y estaba completamente oscuro, todavía ahora cuando lo platico o paso por ahí se me enchina el cuerpo.

 

Vicente Campos Vilchis

 

"Historia de la elefanta Judy”

por Cecilia Flores Méndez

 

El 30 de julio de 1958 los habitantes de la ciudad de México estaban muy emocionados porque llegaban a México cinco hermosas elefantas, que viajaban de Miami, en el tren de Laredo y arribaron a la estación de Buena Vista como a las 22:00. Había mucha gente esperando a verlas llegar.

 

Todos querían conocer de cerca la estrella principal del circo Ringling Brothers, la famosa elefanta Judy de 30 años y a las otras 4 Yamina, Ronnie y Tears. Después nos enteramos por el periódico La Prensa que habían costado tres mil dólares cada una y Judy había sido donada al zoológico de Chapultepec.

 

Según cuentan personas que estaban en Buenavista, que como a las 24:00 hrs. la elefanta Judy, se escapó del control de sus domadores estadounidenses que se llamaban Charles Butler y Robert Paradise, salió corriendo asustada por las calles de Naranjo y Carpio.

 

Después nos enteramos que Judy en su loca carrera mató a una persona que salía a esa hora de una fiesta con su familia y un amigo. Algunas personas que vieron esto, dicen que el señor en cuestión para tratar de calmarla le agarró la cola y Judy se volvió y lo aplastó con su pata y después lo aventó con su trompa, perdiendo la vida, Q.P.D. La elefanta continuó su loca carrera por las calles. Algunas personas que venían siguiéndola, a pesar que les habían avisado las autoridades que por seguridad se retiraran, por supuesto no lo hicieron y continuaron su aventura. Como a las 02:15 hrs. sus domadores lograron alcanzar a Judy en la gasolinera  de la Laguna del Carmen y lago Chapala en la colonia Anáhuac. Allí los domadores ataron a la elefanta de un árbol que según ellos era muy fuerte y la encadenaron. Después nos enteramos que las otras elefantas asustadas corrieron por bahía de Chachalacas y bahía de Santa Bárbara en la colonia Anzures, donde las atraparon y después las llevaron a su nuevo hogar el bello zoológico de Chapultepec.

Uno de los domadores regresó a ver a la asustada Judy, que cada vez estaba mas nerviosa y cuentan en el periódico la prensa que un fotógrafo tomo una placa y que con el flash que usó hizo que la pobre se asustara más y arrancó con su fuerza y desesperación el árbol donde estaba encadenada y continuó su carrera pasando por el jardín Salesiano en la colonia Anáhuac. La alcanzaron nuevamente e intentaron atarla y no lo lograron. Siguió corriendo y al llegar a las vías del ferrocarril de Cuernavaca y Marina nacional, se atoraron sus cadenas en las vías.

Alguien contó “la gente que de alguna forma la seguíamos teníamos miedo que pasara el tren y sucediera una tragedia más grande”. Gracias a Dios los domadores lograron quitar a tiempo las cadenas de su pata y Judy al sentirse libre continuó corriendo por lago Bolsena y al pasar por “La casa de los telares” que en ese tiempo tenía un portal de madera de encino, la cual contaba con una manita de hierro, que se usaba para tocar la puerta, en ese momento se encontraba atrancada por dentro. En esa casa estaban un par de abuelitos y su muy amado nieto que contaba con nueve años de edad aproximadamente. Se disponía a comer cuando escucharon que tocaban la puerta y sintieron un buen recargón que la hizo temblar, asustados salieron rápidamente a ver que pasaba y en eso oyeron los gritos de la gente que corría asustada al verse cerca de la elefanta que iba despavorida y se metía en la primera cerrada de lago Bolsena col Anáhuac, quedando atrapada y sin poder salir. Contaron los habitantes de la casa de los telares que ese trágico día 31 de Julio de 1958 eran como las 18:05 hrs. cuando se escucharon 7 balazos y un gran golpe como cuando cae algo muy pesado y volvieron casi de inmediato a escuchar otros 7 balazos pero ahora mas fuerte. Poco rato después, mucha gente salía de la cerrada llorando muy tristes pues Judy había muerto. Hacían comentarios que los dos policías habían disparado a Judy por orden del regente del DF. Ernesto P. Uruchurtu que temiendo algo peor se comunicó con los domadores y tomó la fatal decisión de sacrificar a la gran elefanta Judy.

Posteriormente salió la noticia en el periódico La Prensa realizando la crónica Carlos Borbolla en la que decía que usaron una pistola calibre 45 y otra star 38.

También decían que la gente empezó a cortar pedazos de rieles y durmientes por donde pasaba el tren donde la gran Judy se había atorado, muchos lo hacían para mantener un recuerdo y otros tantos para venderlos.

 

 

“DESCANSE EN PAZ LA GRAN ELEFANTA JUDY”

"Una Historia de Terror en el Pensil Mexicano"

por Luis Daniel Hernández Pacheco “PHO”

 

Todo mundo que ha escuchado la siguiente historia trata de buscarle una explicación racional. Algunos creen que es producto de mi imaginación y falta de sueño, otros me han dicho que estoy loca o que la cuento para llamar la atención. Pero cada palabra que estoy a punto de narrar es tan real como el miedo que sentí esa fría noche de invierno del año pasado. Al escribir y publicar la historia no espero que la gente me crea, lo único que deseo es aminorar la carga psicológica que ataca noche tras noche y que estoy segura que me atormentará por el resto de mi vida.

 

Todo ese día de lluvia azotó con gran furia. Al anochecer decidí salir a dar un paseo por las calles de la colonia Pensil porque como ya era costumbre el sueño no había visitado mi cama y pensaba que caminando mi cuerpo se cansaría y me sería más fácil conciliar el sueño. Me puse mi abrigo y emprendí mi caminata, caminaba inmersa en mis pensamientos disfrutando del olor que emana la calle húmeda, hasta que algo llamó mi atención y me sacó del trance en que me encontraba, era una deslucida fachada que jamás había notado a pesar que diario caminaba por esa calle, crucé la calle para admirar con mayor detalle esa inusual obra arquitectónica que contrastaba con sus construcciones vecinas y parecía haber sido sacada de una época remota. Pasé un largo rato mirándola, me parecía demasiado hermosa a pesar de lo deteriorada que se encontraba. La duda me invadió y lo único que deseaba era saber que era y más aún porque siento tan bella estaba abandonada a su suerte. Los días siguientes llegaba a mi mente ese edificio, lo pensaba tanto que prácticamente se volvió una obsesión el saber que era y porque estaba ahí. Una noche me dispuse a entrar a toda costa para sacar mis ganas de saber que era y matar mis dudas de una vez por todas. Caminé hasta donde se encontraba, y miré la enorme puerta de madera ya podrida que se encontraba custodiada por una pesada cadena y un herrumbroso candado. Era casi imposible entrar por ahí, por un momento pensé en desistir de mi misión pero la curiosidad de saber que se encontraba tras esos muros me venció y escalé la barda para entrar. Una vez dentro iluminé mi alrededor con la pálida luz de mi linterna, pero la visibilidad era casi nula, las frías siluetas de los árboles tapaban la luna y un gélido ambiente imperaba todo el lugar. Me adentré un poco más pero solo encontré maleza. Casi en el momento en que me disponía a salir llena de decepción por ver que no había nada interesante en el interior de esas ruinas, miré a lo lejos una diminuta luz que era acompañada por una música aún más tenue, música de baile, pero no actual no, música extraña y lujosa, a la luz fue creciendo y la música se apreciaba cada vez más y más fuerte. Inexplicablemente todo a mi alrededor dejó su cadavérico aspecto atrás y parecía nuevo; los muros parecían fuertes de nuevo, la maleza había desaparecido, y los árboles adquirieron un tamaño más bajo que el que tenían anteriormente. En pocas palabras todo el lugar tomó vida de nuevo. Me dirigí casi hipnotizado a lo que parecía una enorme casa, atravesé un bellísimo y majestuoso jardín lleno de las más bellas flores que me es imposible describirlas, pasé debajo de un arco hermosamente decorado que se alzaba imponente hacia la bóveda celeste, subí una escalinata hasta por fin llegar a la puerta principal del recinto. (Cabe mencionar que hasta ese momento me encontraba tan fascinada que por un momento creí estar soñando.) En la entrada un hombre me dijo de una manera muy amable y servicial que me habían estado esperando durante muchísimo tiempo y que pensaban que jamás llegaría. Asombrada le respondí que tal vez me estaba confundiendo.

 

-Señorita Dalia, deje de bromear y entremos. El señor Ybarra está impaciente por conocerla.

 

Respondió y me tomó de brazo para entrar. Atravesamos un enorme corredor hasta llegar a un enorme salón donde había mucha gente bailando con locura, riendo y balbuceando feliz y cómodamente. Al percatarse de mi presencia todo mundo dejó de hacer lo que hacía en ese momento y el silencio llenó del salón por unos segundos. Un hombre alto y lujosamente vestido se dirigió a mi y con una voz demasiado fuerte me dijo:

 

-Dalia, estoy feliz que por fin hallas venido, mi nombre es Marco Ybarra, te juro que no te arrepentirás de haber venido y formar parte de nuestro mundo  eternamente.

 

-¿Eternamente? Respondí muy espantada

 

-Claro, ahora estarás aquí con nosotros disfrutando de nuestra compañía y hospitalidad.

 

De pronto una omnipresente atmósfera pesada inundó el salón, el aire era cada vez más sofocante, tanto que me costaba mucho trabajo respirar. La gente comenzó a reír de una manera muy desquiciada, la música y el baile continuaron pero ahora de una manera casi infernal. El miedo se apoderó de mi y salí corriendo tan rápido como mis piernas me lo permitieron, atravesé de nuevo el jardín y llegué a la puerta principal. Intenté abrirla pero no pude. Lo único que pude hacer en ese momento fue esconderme bajo el umbral y cerrar mis ojos. Tapar mis oídos y esperar que todo pasara. Silencio y oscuridad fue lo que encontré al abrir de nuevo mis ojos. Aquel hermoso jardín coronado por el arco desaparecieron, la casa se esfumó, todo parecía muerto de nuevo. Sentí mucha paz en mi interior. Me encontraba sola tratando de iluminar con el débil rayo de luz que escupía mi linterna.

 

Estoy segura que todo lo que pasó dentro del Pensil Mexicano fue real. Ahora cada vez que paso frente a él, pienso en lo ocurrido esa noche, pero también pienso en la infinidad de historias que han ocurrido ahí, tantas anécdotas que el edificio nos podría platicar, historias que se niegan a morir con el edificio mismo. No deseo que nadie crea mi historia, lo único que deseo es que el Pensil Mexicano sea salvado del devastador paso del tiempo, ya que ha sido fiel testigo de todos los cambios ocurridos a su alrededor. Que fue el primer poblador de esta hermosa colonia y ahora está tontamente olvidado por todo mundo.

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